El uso del bozal es una práctica esencial para garantizar la seguridad tanto del perro como de las personas a su alrededor. Aunque muchos dueños de mascotas lo perciben como una medida extrema, el bozal puede ser una herramienta valiosa en situaciones específicas, como en visitas al veterinario, durante el aseo, o cuando el perro presenta comportamientos agresivos o temerosos. Además, algunos perros pueden necesitarlo en lugares públicos donde hay normativa que exige su uso. Un bozal bien ajustado y una introducción adecuada pueden minimizar el estrés y hacer que el perro lo tolere sin problema.